Como su nombre indica, los tiernos nabos son una verdura típica de primavera. Las remolachas impresionan por su sabor fino y ligeramente dulce. Los nabos van bien con muchas ensaladas y saben muy bien si se comen crudos con un delicioso aderezo. Pero también son buenos para gratinados abundantes o como guarnición de verduras. Este artículo te cuenta cómo conservar las verduras de temporada congelándolas.

Consejos para ir de compras
Solo debes congelar los nabos que estén frescos. Puedes reconocerlo por las siguientes características:
- La piel es completamente lisa y no presenta estrías, surcos o cortes.
- Las hojas y los tallos son crujientes y de un jugoso color verde claro.
- Haz la prueba del pulgar: si el nabo cede cuando presionas con el pulgar, puede que sea leñoso.
Después de comprarlos, guarde los nabos, sin lavar y con las verduras, en el cajón para verduras del refrigerador. Aquí se mantienen durante una semana.
congelar nabos
Si tienes muchos nabos en el jardín, puedes congelar parte de la cosecha durante unos diez meses:
- Lava los nabos y quítales la piel con un pelador de verduras.
- Cortar en tiras o cubos según preferencia personal.
- Pon a hervir agua con sal en una cacerola.
- Prepara un recipiente con agua helada.
- Añadir las verduras al agua hirviendo y blanquear durante dos minutos.
- Entonces disuada.
- Escurrir en un colador y dejar enfriar por completo.
- Vierta en bolsas para congelar o recipientes adecuados y congele.
Una vez congelados, los nabos se ablandan después de descongelarlos y ya no son aptos para el consumo crudo. Sin embargo, puede usarlos mientras aún están congelados como nabos frescos para guarniciones o guisos sabrosos. Por favor, no deje que se cocinen por mucho tiempo, de lo contrario ya no tendrán un bocado.
consejos
Puede sembrar nabos en el jardín muy temprano en el año, por ejemplo, en el marco frío. Después de solo seis a ocho semanas, con un diámetro de ocho a doce centímetros, están listas para ser cosechadas. Es recomendable cubrir las remolachas con una red después de la germinación, ya que a las moscas de la col les encantan las hojas tiernas de las plantas.