No importa si es arce japonés, arce japonés o arce dorado, todos estos arces japoneses no solo son populares por su apariencia de filigrana y los maravillosos colores otoñales. Los arbustos exóticos también son muy fáciles de cuidar, se pueden cultivar maravillosamente en tinas y también se consideran resistentes en las regiones de Europa Central. Además, el arce japonés es bastante robusto y tiene poca tendencia a las enfermedades o al ataque de hongos.

Si el arce japonés no está satisfecho con su ubicación, se enfermará más rápidamente.

La ubicación y/o el cuidado incorrectos a menudo son los culpables

Si su arce japonés crece mal, tiene hojas marrones y/o secas o muestra signos claros de infestación de hongos o plagas, generalmente se debe a una ubicación inadecuada y/o un cuidado incorrecto. En cuanto a la ubicación, es importante garantizar un lugar cálido, soleado y, sobre todo, protegido: la madera no tolera muy bien el viento y las corrientes de aire. El encharcamiento también puede ser peligroso para el árbol, por lo que el sustrato de la planta debe aflojarse completamente antes de plantar. En el mejor de los casos, plante el arce japonés en un lugar ligeramente inclinado.

Amenaza mortal del marchitamiento por Verticillium

Si el follaje se hunde y las ramas mueren sin motivo aparente, la temida marchitez por Verticillium puede ser la causa. Esta es una enfermedad contagiosa y altamente peligrosa causada por hongos del género Verticillium y que afecta principalmente a los arces. Hasta ahora, ninguna hierba (o fungicida) ha crecido para combatir el marchitamiento por Verticillium, y las plantas infectadas solo se pueden salvar en casos excepcionales. Si la infestación no es demasiado grave, puede podar el retoño: ¡arroje las partes cortadas de la planta a la basura doméstica y nunca al compost! - así como desenterrar y colocar en un balde con sustrato fresco.

Otras enfermedades fúngicas

El mildiú polvoroso puede aparecer en los arces japoneses, especialmente en los veranos lluviosos y como resultado de un riego incorrecto. Con esta enfermedad fúngica, las hojas y los brotes se cubren con una alfombra grasienta de hongos de color blanco grisáceo. El patógeno se transmite a través del agua, por lo que los arces japoneses nunca deben regarse desde arriba. El moho se puede controlar con bastante éxito rociando con una mezcla de leche y agua o con un fungicida.

consejos

Nunca plante un arce en un lugar donde haya ocurrido antes el marchitamiento por Verticillium, ¡incluso si el suelo en ese lugar ya ha sido reemplazado!

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