¿Plantar la avellana en tu propio jardín? No es una mala idea, pero ¿se convertirá en un arbusto o en un árbol? Muchos amantes de las avellanas se hacen esta pregunta y aquí viene la respuesta…

Árbol pequeño o arbusto grande
La avellana puede convertirse en un arbusto o en un árbol. La mayoría de los casos que se pueden encontrar en este país son arbustos de avellano. La razón es que la avellana es más difícil de cultivar que un árbol. Los responsables de esto son sus muchas erupciones de palo, que le gusta entrenar y que la hacen parecer tupida.
Ya sea como un pequeño árbol o como un gran arbusto, la avellana crece moderadamente en los primeros años de su vida. Más tarde, cuando se ha hecho un hueco en su ubicación, se fortalece y, a menudo, se convierte en una molestia para muchos jardineros que es difícil de eliminar.
La avellana como arbusto
Como arbusto, el avellano alcanza una altura media de 5 m, su altura máxima es de 6 m, cuando se cultiva como arbusto ocupa un espacio de entre 4 y 6 m de ancho.
El arbusto de avellano tiene una estructura de tallos múltiples y está bien ramificado y ramificado desde la base. Crece erguido y adquiere un aspecto denso. Por su denso crecimiento, el arbusto de avellano es ideal como:
- cobertura
- pantalla de privacidad
- protección contra el viento
- protección contra el ruido
- protección de aves
La avellana como árbol
En los casos más raros, la avellana se convierte en un pequeño árbol. Como árbol, alcanza un tamaño de entre 7 y 10 m La copa es muy diversificada, ya que las ramas tienden a separarse con la edad. Esto da como resultado una forma de paraguas, que convierte al avellano en una valiosa fuente de sombra.
Pero, ¿por qué hay tan pocos avellanos que serían ideales para huertos familiares, céspedes abiertos y grandes patios? La razón es que la avellana desarrolla brotes en la base de su tronco. Le dan a la planta una apariencia de arbusto.
consejos y trucos
Como a la avellana le gusta desarrollar erupciones, es más fácil plantarla como arbusto. Esto ahorra la eliminación regular de las erupciones, lo que requiere tiempo y paciencia.