La temporada alta para la deliciosa fruta de hueso comienza a finales de julio. Las frutas frescas, secas o enlatadas ofrecen una adición nutritiva a las necesidades diarias. En nuestro artículo revelamos los poderes mágicos de las pequeñas bombas de vitaminas.

fibra
Hace más de 2000 años, los romanos trajeron la fruta fresca de Asia a Europa. Hoy, las ciruelas forman parte de la oferta frutícola local. La piel de la fruta es rica en fibra y sorbitol. En forma seca, tienen un efecto curativo en un estómago irritado con sensación de saciedad o acidez estomacal.
vitaminas
Debido a numerosas vitaminas, las ciruelas fortalecen las propias defensas del cuerpo, el metabolismo y un sistema nervioso saludable.
De un vistazo:
- provitamina A
- Vitamina B (varios tipos)
- vitamina C
- vitamina e
En combinación con los oligoelementos cobre y zinc, las ciruelas tienen un efecto calmante. En consecuencia, son los compañeros perfectos para el estresante trabajo diario. Gracias a su alto contenido de fructosa de hasta un 25 por ciento, las ciruelas y ciruelas pasas proporcionan energía muy rápidamente.
Otros ingredientes
Las ciruelas pasas también contienen sustancias vegetales secundarias (polifenoles), fósforo, calcio, boro y vitamina K. Estas sustancias apoyan de forma sostenible el metabolismo óseo. Los expertos sugieren que estas golosinas ayudan a prevenir la osteoporosis.
Los antioxidantes y los polifenoles brindan una protección eficaz contra las enfermedades cardiovasculares. Además, las antocianinas (grupo dentro de los polifenoles) ralentizan el proceso de envejecimiento de los vasos y previenen los depósitos de grasa. Gracias a estas propiedades, las ciruelas previenen la hipertensión arterial, la obesidad, el colesterol alto y la resistencia a la insulina.
Aviso:
150 gramos son aptos para el consumo diario.
Ingredientes de un vistazo:
- crudo: 85% agua, 50 calorías por cada 100 gramos (0,6 gramos de grasa, 7 gramos de carbohidratos, 1 gramo de proteína)
- seco: 225 kilocalorías por 100 gramos
consejos y trucos
Las ciruelas maduras se pueden conservar de forma segura durante un período de tiempo más prolongado hirviéndolas o congelándolas.