El mango proviene originalmente de los trópicos, por lo que prefiere un lugar cálido con mucha humedad. Sin embargo, la humedad permanente en las raíces hace que se pudran fácilmente. Es por eso que los árboles de mango no deben regarse demasiado.

Para evitar el encharcamiento, asegúrese de que haya drenaje y una buena capa de drenaje en la maceta. Dado que el mango forma raíces primarias muy profundas, la maceta debe estar lo más alta posible. Para hacer esto, coloque algunos fragmentos de cerámica o piedras más grandes sobre el orificio de drenaje en el balde. Solo entonces llenas la maceta con tierra para macetas y plantas el mango.
A diferencia de muchas otras plantas, el mango no necesita hibernar. Por eso se riega y fertiliza uniformemente durante todo el año. Es suficiente si riegas tu mango una vez por semana. Pero debes rociar sus hojas con agua tibia todos los días.
El agua de riego perfecta
Los árboles de mango necesitan agua blanda con bajo contenido de cal. Esto se aplica no solo al agua de riego, sino también a la fumigación regular y diaria de las plantas. El agua dura podría formar depósitos sofocantes y provocar manchas de cal antiestéticas en las hojas de la planta.
Puede preguntar a su proveedor de agua sobre el contenido de cal en el agua del grifo o determinarlo usted mismo con la ayuda de una tira reactiva. Si hay demasiada cal, puede filtrar el agua o dejarla reposar durante al menos una semana para reducir el contenido de cal, o usar agua de lluvia en su lugar.
Obtenga agua baja en cal:
- Filtrar el agua del grifo
- Deja el agua fuera durante al menos una semana.
- usar agua de lluvia
consejos y trucos
Solo riega tu árbol de mango moderadamente, pero rocíalo diariamente con agua baja en cal, prefiere raíces secas y mucha humedad.
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