El cebollino es en realidad una hierba muy robusta: la planta rara vez es atacada por plagas o enfermedades fúngicas, y también perdona los errores en el cuidado con bastante rapidez. Con una excepción: a las cebolletas no les va bien en condiciones de calor extremo y sequía, lo que se indica por el color amarillento de sus hojas. Pero no te preocupes: las cebolletas marchitas se pueden salvar.

La sequía conduce al marchitamiento

El daño seco se muestra inicialmente por tallos amarillos aislados que, sin embargo, se multiplican rápidamente y también se vuelven marrones y secos. Eso sí, el cebollino que se ha secado de esta forma ya no se puede utilizar en la cocina, ya que ha perdido su intenso aroma y su jugosa firmeza característica. Las hojas amarillas suelen aparecer durante los períodos calurosos de verano y cuando las plantas de cebollino en macetas en particular no han sido regadas adecuadamente. Las cebolletas se encuentran entre las hierbas que necesitan mucha agua: las cebolletas tienen más sed cuanto más cálida es y más soleada la ubicación, y por lo tanto deben regarse regularmente. La tierra para macetas es mejor siempre húmeda, pero no mojada. Bajo ninguna circunstancia las cebolletas deben secarse.

Salvar las cebolletas marchitas

Afortunadamente, el cebollino seco, a diferencia de otras plantas, se puede salvar con una medida bastante sencilla: una poda radical. Corte no solo las hojas marchitas, sino toda la planta a unos dos centímetros del suelo. Los tallos aún verdes se pueden congelar o conservar. Las cebolletas cortadas volverán a brotar en unas pocas semanas, por lo que podrá cosechar de nuevo en cuatro a seis semanas como máximo.

Reforzar el cebollino con abono

Además, puedes utilizar fertilizantes para fortalecer la planta, que se ha visto muy debilitada por la sequía, y así estimular su crecimiento. Utilizar un abono líquido de hierbas o vegetales (7,49€) si es posible de base biológica, y enriquecer el agua de riego con los nutrientes adicionales. El fertilizante líquido llega más rápido a las raíces y, por lo tanto, su efecto es más rápido.

consejos y trucos

En algunos casos, no es la sequía la culpable del amarillamiento de las hojas del cebollino, sino todo lo contrario, el exceso de agua. El anegamiento promueve la colonización de hongos, que a su vez provocan la pudrición de la raíz. Como resultado, la planta ya no puede abastecer adecuadamente sus partes sobre el suelo y se seca. En caso de encharcamiento, lo único que ayuda es transferir inmediatamente la planta a un sustrato fresco.

IJA

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