Las camas elevadas han existido durante siglos. Se sabe por registros medievales, por ejemplo, que las camas elevadas rodeadas de ramas de sauce trenzadas eran comunes en muchos jardines de monasterios. Pero también se construyeron hace miles de años jardines en terrazas como los famosos Jardines Colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Hoy en día, las camas elevadas suelen consistir en una caja rectangular y se rellenan con material compostable. Pero hay muchas variantes muy diferentes de este principio.

Las camas elevadas se pueden hacer de una variedad de materiales

¿Qué es una cama elevada?

Las camas elevadas probablemente han existido desde que la gente ha estado cultivando vegetales, que es miles de años. Probablemente surgieron de los llamados lechos de colinas, que funcionan de acuerdo con un principio similar, pero lamentablemente no se sabe quién construyó el primer lecho elevado, cuándo y por qué. Una cama elevada es una "cama alta", es decir, la variante más alta de una cama de jardín normal. Sin embargo, una cama elevada clásica ofrece muchas más ventajas que solo una altura de trabajo más cómoda: debido al relleno especial y al constante proceso de descomposición dentro de la cama, las camas elevadas también contienen muchos nutrientes y también irradian mucho más calor, lo que es de gran beneficio. a las plantas que crecen en ellos.

¿Qué tipos de camas elevadas hay?

Las camas elevadas se pueden hacer de una variedad de materiales. Por ejemplo, son concebibles variantes de madera, piedra, metal, plástico o incluso mezclas de materiales, como la popular combinación de madera y piedra. Además, numerosos materiales y recipientes también pueden utilizarse para otros fines y transformarse en un lecho elevado con poco esfuerzo. Por ejemplo, jardineros ingeniosos han construido lechos elevados reciclados a partir de anillos de alcantarilla de hormigón o viejos europalés (€ 29,99), barriles de agua o vino desechados y sacos de patatas han sido reutilizados o han utilizado adoquines reutilizados. Además, las camas elevadas no solo pueden ser rectangulares, sino que pueden adoptar muchas formas diferentes: pueden ser redondas, curvas, curvas, poligonales o cóncavas… Están disponibles con patas (y, por lo tanto, una posibilidad para que los usuarios de sillas de ruedas pasen por debajo) o sin, con asientos o sin. ¡No hay límites para tus ideas!

Cama elevada clásica

El cantero elevado clásico es rectangular, de unos 80 centímetros de alto, 140 centímetros de ancho, 200 centímetros de largo y está lleno de una composición cuidadosamente pensada de material de compost. Este lecho elevado tiene un fondo abierto y siempre está en contacto con el suelo para que el exceso de agua de riego pueda escurrirse y los microorganismos beneficiosos puedan ingresar al lecho elevado desde el suelo. A partir de este principio básico, tomado del lecho de la colina original, se ha desarrollado una amplia variedad de formas de lechos elevados.

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Otra variante son las camas elevadas que se han convertido en invernadero o marco frío. Con el accesorio adecuado, esto se puede hacer en un abrir y cerrar de ojos y garantiza una temporada de jardinería más larga.

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